La vitamina D o la vitamina del sol es liposoluble fundamental para mantener una buena salud. Lleva a cabo varias funciones importantes en el organismo, como por ejemplo contribuir a la absorción de calcio o combatir contra bacterias y virus con el fin de mejorar nuestro sistema inmunitario.
Tu cuerpo también necesita la vitamina D para otras funciones: los nervios la utilizan para transportar mensajes desde el cerebro a otras partes del organismo y tus músculos la emplean para moverse. También puede regular y mejorar nuestro estado de ánimo y aporta numerosos beneficios para la piel.
Ofrece algunos beneficios como disminuir el riesgo de enfermedades al realizar funciones vitales para el organismo. Además, es esencial para mantener a los huesos y los dientes en buen estado.
Además de ser un nutriente fundamental para la salud, también beneficia a la piel, ya que posee propiedades antimicrobianas que ayudan a reducir inflamaciones provocadas por el acné.
Esta vitamina contribuye además a proteger y rejuvenecer la piel mediante la estimulación del crecimiento, la reparación y el metabolismo de las células cutáneas. También, mejora el sistema inmunitario y colabora para neutralizar radicales libres que provocan el envejecimiento prematurao.
Existen varios síntomas que muestran que tu organismo necesita una mayor cantidad de vitamina D como:
La cantidad diaria necesaria de vitamina D depende de la edad de cada persona y de si está embarazada o en período de lactancia. Para determinar cuál es la dosis óptima lo mejor es realizar un análissi de sangre.
Tu organismo obtiene vitamina D a través de 3 fuentes principales: la nutrición, la luz solar y los suplementos alimenticios.
Nuestro cuerpo solo percibe un pequeño porcentaje de vitamina D a través de la comida, pero eso no significa que no sea importante incluir estos alimentos en nuestra dieta. El pescado concretamente, es rico en vitamina D, por lo que debes asegurarte de tomar salmón, arenque, caballa o atún.
Nuestro organismo produce vitamina D de forma natural cuando percibe la luz solar. Sin embargo, hay factores que pueden reducir la cantidad adquirida como la contaminación, la presencia de nubes, la edad, tener una tonalidad de piel más oscura o estar mucho tiempo en espacios cerrados.
La cantidad suficiente de vitamina D para nuestro cuerpo (en dosis diarias) es aproximadamente de 1000 IU y tan solo basta con tomar el sol 20 o 30 minutos unas tres veces a la semana.
Hay que tener en cuenta que en grandes cantidades la radiación UV puede dañar a nuestra piel produciendo cáncer y envejecimiento prematuro, por lo que es muy importante controlar la cantidad de tiempo que nos exponemos a los rayos solares.
Recuerda que si sientes fatiga, debilidad o cambios de humor, podrías estar experimentando una falta de vitamina D. ¡No te preocupes! Puedes obtenerla a través de fuentes naturales como el pescado y la luz solar. Tomar el sol unos minutos al día, de manera responsable, puede marcar la diferencia.
Recuerda que mantener un equilibrio es clave. Disfruta del sol con precaución y complementa tu dieta con alimentos ricos en vitamina D. ¡Tu salud y bienestar te lo agradecerán!
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