La cosmética natural es aquella que se elabora a base de materias primas de origen vegetal, mayoritariamente procedentes de la agricultura ecológica, evitando al máximo el uso de aditivos químicos e ingredientes tóxicos perjudiciales para la salud y/o el medio ambiente.

Es decir, en un cosmético natural nunca encontraremos en su composición ingredientes como parabenos, aromatizantes sintéticos, colorantes o derivados del petróleo.

Gracias a ello, la cosmética natural tiene múltiples beneficios tanto para nosotros como para el planeta:

Apta para todo tipo de pieles, especialmente para aquella con pieles hipersensibles o alérgicas.

No testada en animales, cosa que sí sucede en la mayoría de cosméticos convencionales.

Respetuosa con el medio ambiente, ya que además de utilizar muchos componentes procedentes de cultivo ecológico se acostumbran a utilizar envases biodegradables o fabricados a partir de productos reciclados.

Por todo ello, la demanda de cosmética natural ha aumentado notablemente en los últimos años, registrando crecimientos anuales de entre el 8% y el 10%. Ello ha llevado a muchas marcas de cosmética convencional a utilizar mensajes publicitarios confusos, que pueden hacer creer al consumidor que está comprando un producto de cosmética natural cuando realmente no es así.

¿Cómo identificar un cosmético natural?

Lo primero que haremos siempre para averiguar si un cosmético es o no natural, independientemente del mensaje publicitario que nos lance la marca, es mirar si en su composición (INCI) aparece algún agente químico. En caso afirmativo ya tenemos claro que, aunque posea varios ingredientes naturales, no estamos delante de un cosmético natural.

El principal problema que encontramos en el sector de cosmética natural es que no hay una norma o ley que regule ni especifique cuándo un cosmético puede considerarse o no natural ni cuáles son los criterios a tener en cuenta para ello.

Para hacer frente a este vacío legal, existen empresas privadas que se dedican a evaluar, bajo sus propios criterios y nivel de exigencia, los productos cosméticos con el fin de certificar su carácter natural o ecológico. Una vez obtenida la certificación, las marcas acostumbran a colocar el sello certificador en el envase del producto para que los consumidores pueden identificarlo fácilmente.

En base a ello, la forma más fiable de identificar los productos verdaderamente naturales de los que solo utilizan el mensaje “natural” con la finalidad de vender más, es comprobar si posee alguno de los sellos certificadores más serios y reconocidos.

Te indicamos algunos de ellos:

NATRUE

NATRUE es una organización internacional sin ánimo de lucro que promueve el cuidado y la protección natural de la piel. Su sello garantiza:

  • Prácticas ecológicas
  • Sin colorantes ni fragancias sintéticas
  • Sin ingredientes procedentes de la petroquímica (parafinas, PEG, propileno, alquilos...)
  • Sin aceites de siliconas ni derivados
  • Sin ingredientes modificados genéticamente (según normativa de la UE)

Y cuenta con tres categorías: “NATURAL”, “NATURAL CON % INGREDIENTES ECOLÓGICOS” y “ECOLÓGICO”.

ECOCERT

Ecocert es la principal entidad certificadora en Francia y, en el sector cosmético, otorga dos tipos de avales: “COSMÉTICA ECO” y “COSMÉTICA BIO” que se diferencian en función del origen de los ingredientes.

Es uno de los organismos más importantes de certificación en Europa y a nivel de exigencia es más riguroso que la reglamentación convencional sobre los productos cosméticos.

COSMOS

El Sello COSMOS también es uno de los más reconocidos del sector. Cuenta con dos categorías:

NATURAL: otorgada a aquellos productos que compuestos con, como mínimo, el 95% de ingredientes naturales. En este caso, aparece el logo de la certificadora y debajo pone COSMOS NATURAL.

ECOLÓGICO: otorgada a aquellos productos en los que el 95% de los ingredientes certificables son ecológicos. Como mínimo el 20% del total del producto ha de ser ecológico. En estos casos, aparece el logo de la certificadora y debajo pone COSMOS ORGANIC.

CERTIFICADO BDIH

La asociación BDIH certifica cosméticos naturales pero no orgánicos. El certificado BDIH exige que los ingredientes de origen vegetal sean ecológicos, aunque admite excepciones siguiendo criterios de disponibilidad y calidad; los ingredientes de origen animal no están permitidos si se trata de vertebrados. Los productos que cumplen estos requisitos son certificados como “Producto cosmético natural controlado” y están evaluados por Ecocontrol, un laboratorio independiente.

COSMEBIO

Cosmebio es la Asociación Profesional Francesa de la Cosmética Biológica y Ecológica y ha establecido dos avales.

El logotipo verde certifica:

• Un mínimo del 95% de los ingredientes es natural o de origen natural.

• Un mínimo del 95% de los ingredientes vegetales es de origen biológico.

• Un mínimo del 10% de los ingredientes del producto terminado es biológico.

El logotipo azul certifica:

• Un mínimo del 95% de los ingredientes es natural o de origen natural.

• Un mínimo del 50% de los ingredientes vegetales es de origen biológico.

• Un mínimo del 5% de los ingredientes del producto terminado es biológico.

Esperamos que con este post te sea un poco más fácil identificar cuando un cosmético es verdaderamente natural y cuando no. ¿Te queda alguna duda? Deja tu consulta en los comentarios y te responderemos lo antes posible.

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