Estamos en pleno invierno y parece que el frío se nos ha instalado estas últimas semanas. Aunque es una situación normal en esta época del año, es habitual que nos coja desprevenidos y que nuestra piel sufra las consecuencias de ello.
El frío puede provocar sequedad en la piel, tirantez, rojeces, descamación, ...por ello nos la debemos proteger de la forma más adecuada según el frío de la zona en la que estemos y el tipo de piel que tengamos.
Tal y como pasa en época de verano, hay pieles más sensibles que otras a las inclemencias del tiempo, pero todas se deben cuidar en mayor o menor medida.
A continuación, te dejamos con algunas recomendaciones para cuidar tu piel en épocas en las que el frío aprieta.
En primer lugar, hay que tener claro que hay zonas más sensibles al frío que otras. Por ejemplo, las mejillas, la nariz, los labios, el cuello, el escote o las manos sufren más ante una bajada brusca de temperaturas.
Por ello, debemos tener en cuenta lo siguiente:
Hidratar cara, manos y labios
Cuando hace frío es necesario hidratar la piel y los labios varias veces al día, con lo que esta época del año será totalmente imprescindible que equipes tu neceser con una buena crema facial hidratante, una crema de manos y un hidratante/protector labial.
En función del tipo de piel, también es muy aconsejable utilizar algún tipo de mascarilla facial protectora que complemente la crema hidratante.
Evitar productos agresivos
Aunque esta recomendación aplica a cualquier época del año, es especialmente importante en invierno cuando la piel esta en su punto álgido de sensibilidad. Utiliza siempre productos suaves, idealmente de cosmética natural y ecológica.
Duchas con agua templadas
Aunque sabemos que con este frío te encanta una buena ducha de agua caliente, no es lo más recomendable puesto que ello aumenta la deshidratación de la piel. Por ello, lo recomendable es ducharse con agua tibia.
Protección solar
Los protectores solares ecológicos no son productos exclusivos de época de verano. En inverno también es importante utilizarlos, especialmente en zonas con nieve. Mientras la arena refleja un 15% de la radiación solar, la nieve puede llegar hasta el 85%.
Evitar los cambios de temperatura bruscos
Para evitar la aparición de capilares dilatados.
Además de todo ello, obviamente, se deben utilizar las prendas de abrigo adecuadas en cada caso. Si, por ejemplo, tus manos o tu cuello son especialmente sensibles al frío, equípate con unos buenos guantes y una buena bufanda.
En el caso de que ya estés notando los efectos del frío en tu piel y estos consejos no te sean suficientes, tendrás que optar por algún tratamiento facial más potente.
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