El aceite extraído de las semillas de la rosa mosqueta tiene un contenido muy elevado en ácidos grasos esenciales poliinsaturados, destacando la presencia del ácido linoleico, ácido linolénico y ácido oleico. Estos ácidos grasos esenciales poliinsaturados son nutrientes muy importantes en muchos procesos fisiológicos y bioquímicos del cuerpo humano, relacionados con la regeneración de los tejidos y el crecimiento celular. Realizan una función estructural, formando parte de los fosfolípidos de las membranas celulares de los tejidos del organismo, y son los precursores de las prostaglandinas y leucotrienos, a partir de la síntesis del ácido araquidónico. El aceite puro de rosa de mosqueta destaca por sus poderosas capacidades regenerantes y cicatrizantes. Gracias a estas propiedades se utiliza especialmente en los campos de suturas, post-operatorios y quemaduras. Gracias al alto contenido de aceites esenciales, el aceite de rosa de mosqueta tiene un efecto nutritivo e hidratante en la piel, la protege contra el envejecimiento prematuro y ayuda a eliminar las arrugas.